LAS DIMENSIONES TRANSPERSONALES DE LA PARAPSICOLOGÍA SE SUPRIMEN PARA PODER CONTRASTARLA

LAS DIMENSIONES TRANSPERSONALES DE LA PARAPSICOLOGÍA SE SUPRIMEN PARA PODER CONTRASTARLA

La psicología del momento es como una gran iglesia que acoge a distin­tos rebaños, siempre y cuando se cumplan determinadas condiciones. La especificación de estas condiciones dependerá de quién controle los distintos accesos. Por ello, la cuestión decisiva no es tanto deter­minar a quién se le permite el acceso a la iglesia, sino cómo las cuestiones que han de tratase seriamente son representadas y codifi­cadas por la psicología.

En lo que respeta a los controles y códigos de pertenencia a la dis­ciplina, es probable que los psicólogos más comprometidos con la cosmovisión científica hayan sido los más interesados en la parapsicolo­gía. A modo de ejemplo, señalar, asimismo, que los estudios científicos de la astrología realizados por psicólogos «científicos» fueron diseñados para concluir de una manera científica y equilibrada que los signos del zodiaco tienen poco que ver con la personalidad36. Aunque resulta impo­sible predecir que una doceava parte de la población mundial perteneciente a un signo del zodiaco corra la misma suerte o desventura un día en concreto, los estudios «científicos» sacan de contexto algunos aspectos de la parapsicología —la sensación de que existe algo más que una separación alienante de cada individuo de su entorno social—.

Esta investigación «científica» tiene un doble efecto. Por un lado, sirve para ridiculizar a los creyentes además de sobreestimar las fun­ciones culturales y políticas que cumplen determinadas creencias

 

IAN PARKER

religiosas y, por otro, el modo nada razonable que el tribunal de la razón psicológica emplea para invalidar y censurar las experiencias alienta a los que se sienten alienados en su relación con el afuera, con el exterior, a buscar algo más que la «ciencia», que les ofrece la psicología. De esta forma, la psicología consigue mantener viva la idea de que en el más allá existe una dimensión espiritual a la que las personas pueden y deben acudir como la única alternativa a una psicología absurda que pretende proporcionar explicaciones científicas acerca de cómo son los seres humanos y cómo pueden cambiar. Cabría afirmar, por tanto, que la psicología como una parodia de la ciencia no hace ningún favor a nadie, ni a los científicos ni a los que buscan alternativas místicas.

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